viernes, 10 de septiembre de 2010

EN LA FOCH

Por: El Papirri
La Foch es el territorio de la bohemia de Quito. Se llama así porque cruza el divertido territorio la avenida del Mariscal Foch, que quien será. Voy de mes en cuando, llevando visitas bolivianas y siempre me atiende Milton Melgar, un mesero mariquita que es un chiste. Hay que ir de 19:00 a 21:00 porque dan dos por uno. A partir de las 21.00 la cosa se pone pesada, colombianos volteadores y cubanos pro Miami vigilan como sacarte la cresta.
Una noche hemos ido con el Jorge Barron, ingeñero nacional, amigo de aaantes, del exilio mexicano garciamezista, quien llegó para un seminario. Nos sentamos, cuando emprende el informe de novedades me toca el hombro de la mesa de atrás un gordito de bigotes que dice: Ud. es el bien le cascaremos? Si…digo, tartamudo. La señora que le acompaña se para, Ayy, lo vimos actuar en Santa Cruz, en Tapecua… Siéntese un ratito, Donde toca en Quito? queremos ir a verlo, dice el señor, A mi me encanta esa canción suya de las rimas, dice la señora, Yo soy gerente de banco (me da su tarjeta), soy uruguayo, me gusta su guitarra, cualquier cosa… no se olvide, nos avisa donde toca. Despedida amable.
Vuelvo a la mesa, cuando el Barron quiere empezar novedades bolivianas aparece el Chiquitin, mi charanguista ecuatoriano, dos metros de estatura, chamarra eterna de cuero, bondad en los ojos, A los tiempos Papirri ¡se sienta y recordamos el concierto de meses atrás con Feliu. Silba y aparece el Feña, soberbio espécimen de la costa esmeraldeña, mulato medio rubio de 25 años con sonrisa plena, se sienta, le digo te voy a tomar examen delante del ingeñero, con una voz de fantasía canta mi canción La Guacataya de p a pa, todita, Carlos Vives en jovencito, le digo al ingeñero que se ríe. Milton se enamora del Feña.
De pronto llega un chop inesperado dedicado a mí, laaargo, la mesera de al lado señala: es del señor. Lo veo, parece un milico, me saluda con el vaso, le respondo, Milton sonríe, me pongo incomodo, le digo al Barron estamos rodeados nos iremos nomás, entonces el men se para, se acerca con su chop, casi lo hace caer, dice: Papirri hermano…me abraza, Soy Rubén Vargas, vengo de La Paz a un encuentro de colegios militares, hermano, donde vas a tocar? mis hijitas saben de memoria tus canciones. Salud¡ el gordito bancario dice, salud¡ el Feña y el Chiquitín, salud ¡el ingeñero Barron, salud¡ la Foch es nuestra, las estrellas sonríen, yo beso el vaso.
El militar continua, Ven Papirri te voy a presentar, estoy con unos colegas de Latinoamérica, me lleva a su mesa, El es de Venezuela, el es de Argentina y los dos son cadetes bolivianos. Uno de los cadetes dice, este es el Papirri?? Chazarreta, hermano, donde vas a tocar ?nos abrazamos…el argentino dice mirándome: Chazarreta te yyyamas? Si, le digo, mi madre era de Santiago del Estero. Yo soy santiagueño, se emociona, Mi abuelo es Andrés Chazarreta, le digo, No puede ser¡ abrazos… No sabia como arreglármelas para corresponder tanto cariño, los paceños se sacaban fotos conmigo, el santiagueño peor, el banquero me perseguía con su Black Berry, el Barron no lo podía creer y yo tampoco. Retorno pertinente a la mesa originaria, el Feña y el Chiquitín comentan: todito lo tenias preparado, no?.
Entonces, cual suegra digo son las 21.00, tengo que irme muchachos, Mejor vamos por unas chevas a mi hotel dice el ingeñero, No hermano, es una noche especial, vamos a mi dpto, les digo. Despedida cariñosa con el banquero y su señora que había sido cochala, los milicos oscilaban en los abrazos, el santiagueño pajlita pide una fotito más don Chazarreta. Entramos al taxi, por favor a mi depto le digo al maestro quiteño y como si fuera un cuento, un embrujo dice: si, amigo Papirri, yo le conozco a Ud. por la canción Hoy es domingo cantada por Emma Junaro, hoy es domingo hoy es domingo, entonaba el men ecuatoriano que nos deja eficaz en casa. Ya instalados el Feña canta la Guacataya con mi acompañamiento, el Chiquitin improvisa como Paco de la lucia, el Barron collamente todavía no lo puede creer. Considerando que era jueves y había laburo terminamos esa noche célebre de la Foch antes de las 12:00 pues yo me tornaba lánguidamente en la cenicienta de oficina actual. Si no me creen, pregúntenle al ingeñero Barron.

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