viernes, 4 de junio de 2010

COMPRANDO MILLAS

Por: El Papirri
De pronto mi oficina se colmó de murmullos, solo se entendía algo de millas. La abstracción me apartaba del asunto hasta que el vecino de escritorio declaró en pianisimo y temeroso de qué se trataba. Había que ir a la única línea aérea que viaja a Bolivia a invertir comprando millas 2 por 1.No estaba muy convencido, pero las falsas razones que inventamos con Carolina impulsaron la desishon y ahí me tenias, en sábado, 11.00 de la mañana, con unas 20 personas esperando en sus numeritos confusos. De pura suerte agarré un asiento, increpando a un televisor pude constatar que tenia diez turnos que esperar y solo habían dos ñatas atendiendo, para colmo un cargoso colombiano demoraba media hora en comprar sus famosas millas. Cuando estaba a punto de desanimarme pude escuchar que estaba rodeado de bolivianos, bolivianos elegantes, que hablaban con la r de gringo, ropa de marca, todos blancones o semi blancos. Una pareja de spot de taquiña discutía cuantas millas comprar para vacacionar en Miami. El men vestido en sport - golf llevaba camisa de seda azul, lentes de marca, sonrisa perfecta, la pelada ya se le veía encima, se notaba el Gym diario, una manito coqueta en la cintura, la otra revoleaba el llavero de la mistsubishi ultimo modelo roja que le esperaba afuera con dos niñas perfectas sentadas adentro. La esposa era una flaquita alta de cara agraciada, rubia a la fuerza, de mal gusto al vestir pero con botas carisimas. Cuando les tocó el turno, el perfume importado de ambos sitió la oficina. Arremetieron varios minutos hablando de miles de millas para Flavia y Joselin, sus hijitas. Entonces surgió el parloteo del otro lado, un cochalo canoso cuarentón de marca le decía a un sucrense de apellido:
-si pues, mestoy comprando millas para ir a ver la hacienda… los indios se están queriendo entrar, Sabias lo del Ricardo, no? se fue a Miami a vivir, se descuidó y ya le quitaron dos hectáreas estos indios del Evo…así que anda nomás, Y por que no le hablas al neurólogo de tu curso del San Agustín, ese tiene llegada al Arce, te puede ayudar , No creo, jodido está, menos mal que nos hemos venido acá, ya nos hubieran quitado todo estos indios.
El dialogo transcurrió como si yo fuera el hombre invisible, entonces otra pareja convocó para la noche, nuestro grupo los chaaaquis, jugar un poker, abrir un singanito, No, yo wiski nomás, ay¡ nuestros hijos darán brillo a la piscina, Yo llevo la carne, Yo la música de los Kjarkas,… puro caporales pero… cuidado traigas tus choladas de morenadas tan horribles, La Erikita va a venir con el Mc Clean, Ha llegado? Si, está seria la cosa…amaaado, decidió hacer escala y después seguir a Boston.
Otros dos con pintas de caporales San Simón hablaban seriamente de sus acciones bancarias. Entonces se acercó la pareja del spot de taquiña, ella dijo en paceño del sur: Tu no eres, essseee…tienes una canción… filosofía publica creo, como se yama ?... El cuasi pelón me vio de pies a cabeza con gesto de asco y continúo su camino, Ah ¡metafísica popular, le dije, Si eeesa, esa me gusta, solo esa pero…una vez fui a verlos tocar con el Griyo, en un boliche de la 6 de agosto…mi marido se pone celooooso porque el Griyo era mi chico en el Calvert.
Entonces, cuando ella trataba de presentarme a todos los chaquis, me salvo el gong del turno. Mientras me informaban el asunto de las millas para algún día ir a Bolivia, se escuchaba atrás, Pero no lo invites, es muy faroso, Si, es un cholo de ojos verdes, carcajeaba atorado otro, Y peor, es masista, después va a estar hablando de nosotros.
Mientras la señorita explicaba que las famosas millas solo se usaban cuando la empresa quiera, pude divisar por el espejo cómo aquellos bolivianos se iban en caravana de autos lujosos, solo faltaban las banderas de Podemos. Nunca los había visto en Quito, los hermanos que me frecuentan son pintores de brocha gorda y flaca que se asientan en el parque del Ejido. O divorciadas con hijos mix. En el taxi pensaba que mis roces con la oligarquía boliviana realmente fueron mínimos. Por suerte. Adoran los esteits, su humor es racista, se casan entre ellos, bailan caporal, no tienen carnet de identidad sino tarjeta de crédito, no tienen patria, tienen inversiones. Soy demasiado cholo para sus gustos refinados de cumbias y bilingüismo. Y se la pasan discutiendo a donde llevarse el dinero. Si pudieran se llevarían sus hectáreas más, dentro de las millas.

Quito, Mayo 2010.

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