jueves, 28 de octubre de 2010

O CONTRERAS

Por: El Papirri

Fui muy injusto con este recuerdo, está por fallecer. No lo puse en la web, ni en un blog, ni siquiera lo usé como clave, pin o contraseña. Hoy deseo impulsarlo, esta raído como enredadera de luto, hay que sacudirlo, remojarlo, darle respiración boca a boca, ojo a ojo: recuerdoooo… salí, pues¡ le grito desde el balcón de mis canas. Entonces sale tímido y dice: era una reunión de músicos creadores de canciones alternativas, así le llamaban, también le decían talleres de música latinoamericana, hubo uno en Sucre, otro en Rosario, en Montevideo y este, en Río de Janeiro. No sé como llegué, dice el recuerdo. Solo tengo la imagen galopando en un bus por los morros verdes de Río en una portentosa visión, el mar latiendo al fondo, las favelas floreciendo calzones con beleza vehemente, Ipanema que pasa en flash, subimos, subimos hacia un centro de retiro espiritual en Barra de Tijuca (gracias, recuerdo). Como cuentagotas llegábamos los futuros amigos, caras conocidas, uruguayos con mate en la mano, porteños barbudos, brasileritos livianos, todos poetas y músicos. Nos abrazamos con el talentoso Jorge Fandermole, lo había conocido un año atrás en el Taller de Rosario, la mano de lejitos con el siempre parco Leo Masliah, nos besamos locamente con Joyce, la carioca de luz propia .Un flaco biliatico, hermético dicta la primera clase sobre la actualidad en la música contemporánea, se llamaba… Guillerme de Alencar Pinto (gracias, recuerdo) pianista, compositor de cosas difíciles. El uruguayo Jorge Lazaroff, búfalo bondadoso, provee una brillante aula sobre el texto en la canción. Una tarde nos metimos todos a la piscina, caminamos en el agua, carcajeamos mientras anochecía sobre el picante azulado de las lomas; con mate y todo se metió Carlos Aguirre, eximio pianista y compositor. Al día siguiente, mesa redonda y me ponen representando a Bolivia. Era 1986 (gracias, recuerdo), en la testera los nombrados, entonces llega a sentarse a mi lado, como un milagro, en mi hombro se escuchaba la respiración entrecortada de Chico Buarque¡ Saluda estresado. En el proceso resulté discutiendo- yo, llok’alla de mierda - con Chico que afirmaba que Schoenberg había iniciando la música contemporánea y yo dale que no, que Stravinski y nos pasamos lidiando cosas que en realidad no sabíamos bien. Por suerte Fandermole empezó a hablar del papel del cantautor en el contexto social y ahí se diluyó. Chico me miraba raro desde sus ojos verde acuosos, desde sus ojeras plomas, desde sus rulitos de niño cusqueño. Yo era tan pobre en la época que no tenía cámara de fotos. Entonces llegó el taller de musicalizacion de Masliah con sus trampas creativas, los serios directivos me desafían para que la noche siguiente toque en el concierto en Vivo junto a Joyce, Leo Masliah y el recién incorporado Litto Nebbia. Otra vez en bus bajamos raudamente la ladeirinha, el mar cárdeno codeaba carabelitas, el sol achicharraba a los pixotes que acometían con algún gringo en Ipanema. Cruzamos por un puente que parecía árabe llegando al Circo Voador (gracias, recuerdo), un lugar de shows cariocas.

A la sazón escuché a Nebbia tocando con un saxofonista, luego entró Masliah con el Perro de Mozart, unos 500 cariocas vagos de playa, en bermudas y cervecinha en mano, querían mas ritmo. Se escuchaban algunos aplausos. El animador dijo: da Bolivia, Manuel Mongoooi…ingresé tocando el llockallita moco tendido en charango, luego Hasta ahurita, Hoy es domingo, hasta llegar a El Contreras, una canción que nunca mas canté que tenia un coro de infortunados que me gritaban: El Contreras¡¡tatantatá, El Contreras tatantatá¡¡ Al inicio, la canción describía: tendría que hacer una canción decente/ con buena rima emocionar a la gente. Entonces me lanzaba con un preludio de Bach en el medio, un bolerito y de pronto: pero no hay caso, porque yo soy ps el Contreras/ y yo le canto a la grasa de tus manos que hacen bailar a los chorizos frescos/

el Contreras¡ y yo le canto a la enorme carcajada de tu zapato mostrando los dedos/ el Contreras¡ a tu mirada sabia, aymara…O Contreras…el tatantatá se volvió batucada en las botellas, O Contreras¡ la playa se vino al Circo Voador, O Contreras¡ gritaban los cariocas en sus sandalias bailarinas, O Contreras¡ me bajaron del escenario integrándome a la fila india que desembocó en Leblon, las garotinhas con sus tetiñas exclamaban O Contreras¡ y aquella caipirinha generosa que pasaba de mano en mano, de tanga en tanga, y yo, O Contreras¡ tan feliz…

Gracias recuerdo que me transportas a aquellos mares soberbios, a esos olores rotundos, a esas pieles tostadas, a esos labios de mulata jugosa, hoy, en esta tarde chinchosa quiteña. Gracias por resucitarme, recuerdo mío, dedicado al Gonzalo “Loco” Chávez (hoy fino técnico de Harvard), y al Aquiles Dávalos (brillante arquitecto de oeneges), dúo de testigos nashonales, agitados integrantes de esta novísima Escola du Samba du Morro de Tijuca O Contreras.

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