miércoles, 21 de diciembre de 2011

ASOSASHON DE HUERFANOS Y CASOS AFINES

Por: El Papirri

Desde mi memoria más remota hasta los 13 años tuve navidades normales y felices. Mesas formidables con tías, primos, hermanos, papas, tíos inventados, primas guapas, todos bailando chacarera en tropel en el patio de la casa de mi abuelo, en Santiago manta, noroeste argentino. Era de ver esas mesas, los platos con carne jugosa planeaban, los cuetillos y zapateos tronaban, las guitarras circulaban de mano en mano, los bombos legueros repiqueteaban a leguas, el vino pintaba la noche, el calor chaqueño sano nos hacia jugar futbol en la calle, pata pila, puntero derecho. La fiesta pasaba de largo hasta año nuevo y todo reposaba en la fiesta de Reyes con los regalos en los zapatos.

Dos cosas obstruyeron aquel bello círculo anual: la muerte de mi madre y las dictaduras. No volví más a la casa del abuelo. En cuanto a los del plan cóndor, los únicos que podían estar felices y bailar eran los milicos y sus familias con pulpería, seguro social, pasajes gratis, bonos, más bonos, aguinaldos, viajes a Miami. La desaparición forzosa de mi tío Dardo también demolió a la familia.

Entonces llegó la peregrinación paceña con mi padre, de casa en casa, buscando donde pasar la Noche Buena. Una vez, sopas de lluvia, la pasamos indagando un caserón en Achocalla inubicable, la casa del Pato Cárdenas, intimo de mi padre. Tocamos el timbre de una casa equivocada a las doce en punto, una señora amable grito el Papa Noel¡, nos invitaron chocolate, a los diez minutos mi padre era el dueño de la fiesta extraña cantando Nath King Kole, y yo en un rincón mordiéndome los labios , avergonzado, extrañando a mi madre.

En el destierro mexicano, ya con 20 años, decidí crear la Asosashon de Huérfanos y Casos Afines (AHUCA). Nos juntamos a fundar la Institushon frente a un pesebre medio raca nomás los marginados del amor familiar, estudiantes sin plata para el retorno, divorciados recientes, separados persistentes, huérfanos de verdad, exiliados insomnes, latinos unidos por ese sentimiento fragmentado que luego me haría componer aquella canción que dice: la navidad es un hueco de vitrinas imposibles. De retorno al país, por suerte aparecían noviecitas que te llevaban a su casa, se inventaban un regalo, la suegra lo convencía al suegro de la presencia inútil, hasta que salían los tragos y la guitarra convertía toda duda en un nuevo concierto familiar.

Ya en el digito tres recuerdo una Navidad muy intensa. Como buen contreras me peleo justo en Navidad con mí entonces pareja, me acuerdo de Achocalla, decido convocar a una reunión de emergencia hasta las últimas consecuencias de AHUCA, en nuestra sede, el mini boliche Ave Sol. Era viernes 23, derrotamos todas las botellas, la Directiva fue compuesta esa noche por mi amigo el eximio charanguista Donato Espinoza, alto dirigente de “los huérfanos”, ch’allamos de paso su nuevo charango Acha electroacústico que era novedad de la época. El Secretario de actas fue el anfitrión y poeta Fernando Lozada que hizo reventar su cajón peruano toda la noche, el vocal de turno y guitarrista Juan Carlos Cordero, gran representante de los “casos afin” en una situashon similar a la mía, nos hizo emocionar con sus versiones de Domínguez. El secretario de seguridad Rolito Costa recitó poemas teñidos de desconsuelo. Ya en el amanecer apareció un referente de AHUCA, el compositor Jach’a Flores, que nos hipnotizó con sus morenadas compuestas a silbido. Serian las 9.00 de la matina cuando salimos de golpe al solazo a bailar en la vereda, cinturitas, orejitas, con la Conny, la Yolita, la Fa, dignas damas integrantes de la mesa directiva femenina de AHUCA que comprobando el exceso matutino se maquillaron rapidito y desaparecieron en pro de la normalidad del sábado navideño.

La mesa directiva retornó a la cueva, a la euforia, al estreno de canciones del Papirri, las versiones virtuosas vibraban en las cuerdas. Al medio día un huallaque de emergencia generó la dispersión, el Donato, solidario, supo que yo no volvería, que había decidido huir hacia adelante, cerveceando cabeceamos, hasta que decidimos partir mecánicamente al Ave Sol, pero estaba cerrado.

Bien abrazados a nuestros instrumentos cantamos una serenata a capella a unos balcones que quedaban justo al frente del boliche. Ya atardecía, era la hora azul. La magia de mi ciudad, hizo que salieran al balcón tres bellas damas con vestidos floreados que gentilmente nos aplaudieron. Prodigiosamente se abrió la puerta, era una casa del Sopocachi de las de antes, unas gradas empinadas de resolana transportaban a los cuartos con balcones. Una bella dama de vestido rojo

floreado con cuerpo generoso, tetas maternales, tacos plomos puntiagudos y edad incalculable nos dio la bienvenida en su abrazo navideño.

- Pasen chicos, suban, dijo medio ronquita.

Con el Donatiux le cedimos gentilmente las gradas para poder ver mejor, disfrutamos unos segundos de calzones bordados. Entonces ingresamos a una habitación con cama matrimonial, con su caldera, su anafe y el póster de Ricky Martin.

-Les prepararé un buen café para que reaccionen. Anoche estuve escuchándoles al frente con mi amigo que es gerente de un Banco y fan de su música. Uds. son dos genios incomprendidos, dos ángeles que se cayeron de alguna nube, dijo Gisela en chileno, sirviendo un poderoso café en jarro.

Salud ¡brindamos con el Donatiux y los jarros chocando dieron un do sostenido. Desenfundamos los instrumentos dedicándole a la dama El Choclo, un poco impreciso pero todavía musical y amilongueado. Entonces ingresaron otras 4 damas a la habitación, algunas en vestido, otras en camisón. -Oye, estos son buenos de verdad, dijo una rubia también en chileno. –Otra¡ otra ¡ pedía una belleza morocha que traía un camisón transparente y decía ser tucumana.

Cuandom se agotaba nuestro repertorio apareció un señor sesentón, con pinta de ex pesista, le llamaban Don David, acarreando un panetón navideño, champán y un singani sin etiqueta. –El otro día los vi tocar en la tele, puñó, dijo. Entonces, iniciamos la Sesión Solemne de AHUCA por Noche Buena en la cocineta, con palabras de mi persona, presidente vitalicio de la institushon.

Ya cerca a la Noche Buena, Donato desapareció con su charanguito a dar cuentas a su mama y a sus mamacitas, parece que llegó raspando a las 12.00. Yo me quedé nomás, improvisé un repertorio navideño, cayendo al amanecer extenuado en la cama de Guisela mientras empezaban a llegar los galanes de las damas y Don David abría de emergencia la Boite La Miel. Al día siguiente, el ch’aqui fue glorioso y tibio en los brazos de Guisela, suavemente me cantaba al oído bien le cascaremos.

EN LA FERIA DEL LIBRO DE QUITO

Por : El Papirri

En la mañana hace un sol recto que te parte las orejas, en la tarde resuella la lluvia pequeña, chinchosa chilcha la llovizna chulla que te moja hasta la chucha. Armamos un stand esquinero, quedó bonito, tiene un letrero chulo que dice BOLIVIA, stand 80, se encuentra en el pabellón internacional de esta IV Feria Internacional de Libro de Quito 2011 realizada en el Centro de Exposiciones Quito en la primera quincena de diciembre.

El año pasado principiamos nuestra participación en la FIL QUITO 2010, conseguimos que la Cámara del Libro de Bolivia envíe libros con un delegado que llegó con 15 cajas que contenían 800 libros de 10 editoriales, fue bueno, vendieron bien recuperando sus gastos y ganando alguito. Este año, la Cámara nos dijo que no podía pagar ni el envío de los libros ni el delegado, llegó el vacío de no participar. Entonces se me ocurrió preguntarles donde se quedaron los libros sobrantes del 2010.Llegó el dato, están en la Librería editorial Rayuela de Quito. A la sazón me fui para allá, ya era octubre, confirmando que Rayuela tenían en sus muebles mas de 300 títulos bolivianos empolvados, paraditos y sin dueño, de las editoriales La hoguera, Plural, Gente Común, PIEB, Muela del diablo y otras .Fue así que decidimos hacer una alianza estratégica con Rayuela, quien puso esos 300 libros en nuestro stand mas 105 que llegaron vía cancillería que colocamos como contraparte, publicaciones estatales muy interesantes de los Ministerios de Educación, Medio Ambiente y aguas, Desarrollo Rural, Proande, que nos hizo llegar gentilmente la Dirección de Multilaterales de Cancilleria a la cabeza de José Crespo, luego de que los perseguimos con cartas de auxilio por un par de meses.

Nuestro k’atu está bien alimentadito, oyes, y muy visitado, al frente está el de Cuba con buenos precios y un Lezama completo, al lado el de Venezuela que presenta el best seller de su embajador, mas allá el de Colombia que mas parece el living de una agencia de turismo, el de EEUU ofrece solo cursos en ingles. Son días feriales maravillosos, por fin puedo mirar el cielo de la tarde aunque sea nublado, sonreír con la lunita quiteña y su lucero nostálgico, respirar fuera de la jaula los árboles del vecino parque de La Carolina que por falta de tiempo no puedo visitar. La vida es el tiempo denominado libre, che , si no tienes ese tiempo no tienes vida, por allí transcurre lo mejor: mi guitarra, la bicicleta, Cortazar, escuchar linda música, conversar con los cuates, respirar árboles por la carolina con mi Carolina, componer, leer a Horacio Quiroga, caminar, tomarse un trago. No tengo tiempo para esa libertad, grave.

Pero sin llorar, pues llega alegre la inauguración de la Feria con el canciller ecuatoriano dando abrazos, citando a Neruda, Vallejo y Borges, con la Ministra de Cultura de Ecuador que nos nombra como una de las 6 embajadas que participan con stand propio y de pronto nuestros caporales hacen tronar el acto y otra vez Bolivia posesionada en este Quito gris.

Algo curioso, las Crónicas del Papirri están en dos stands, en el stand de Bolivia con la editorial Plural y en el stand de la editorial ecuatoriana JG que se animó a publicarlas ¡

El invitado de honor fue Perú, todo olía a ceviche, a Vargas llosa y a Bayly, más aun con los conciertos de la cantante Victoria Villalobos que engalanó versiones de Chabuca con un excelente guitarrista alumno del maestro Félix Casaverde. Ahora que la escucho en el pabellón de artistas de la Feria, la guitarra chola- afro- peruana tiene toda una escuela, identidad, esos sincopas del bajo, los acordes tensionados, esa rítmica del lando que hace tronar al gran cajón peruano globalizado en sus dotes sencillas. -Aportar al alma gitana es totalmente top, no?, pienso mientras veo una falda intelectual pasar. Pienso luego insisto.

Entonces de pronto llega uno de la FLACSO con su morral de aguayos y se lleva la obra completa de Sergio Almaraz más otros 20 libros de ciencias sociales de Albó, Luis Tapia, Lazarte, Oporto. Una señora poetisa se entusiasma con la obra de Yolanda Bedregal y se la lleva recitando. De reojo mientras atiendo el k’atu leo El misterio del estido del William Camacho que me hace reír. Un señor de gorrita se lleva feliz y pegado a su cigarrito Vidas y muertes de Jaime Saenz, por un libro de compra obsequiamos afiches que nos mandó el Viceministerio de Turismo y la donosa revista Cultura de la Fundación de Banco Central que nos llegó en el paquete ministerial como mensaje de

saludo de mi amigo Robi Borda. Una señora dice que ama Bolivia, que vivió los años más felices con su difunto esposo en Calacoto, me muestra la foto de su hija, es hermosa, le digo que la traiga y se va con los Cuentos escogidos de Adolfo Cárdenas no sin antes sacarse fotito con la wiphala. Tengo que leer unas palabras en la presentación del libro En Busca de Bolívar del colombiano William Ospina. Un ratito voy a ver los libros en el Pabellón ecuatoriano, me animo a comprar los Cuentos Completos de Cortazar edición Alfaguara, promoción dos tomos por uno, una intelectual me guiña con sus lentes, la invito a tomar café, me cuenta de su novio italiano, que le regaló su mini laptop, discutimos sobre el libro de Ospina: me siento todo un Paz Soldan, che¡

Cumplimos. La cámara del libro vendió sus libros empolvados, nuestro stand fue de los más bonitos y visitados, Bolivia se posesionó de nuevo con su cultura, libros y danzas, 100.000 personas visitaron el campo ferial, se difundieron publicaciones estatales de gran valía. Repartimos impresos informativos turísticos intensamente, todos quieren ir al salar. Con esto hemos cerrado una intensa agenda anual de gestión cultural acá en Ecuador que incluyó entre lo mas sobresaliente el I FESDABEC 2011 (I Festival de danzas Bolivianas en Ecuador) que tuvo 200 bailarines ecuatorianos participantes bailando caporal, Tinku, morenada y hasta diablada, la V Semana Cultural de Bolivia en Ecuador que beneficio a 15.000 hermanos ecuatorianos con sendos conciertos gratuitos del grupo Alaxpacha, con exposiciones y entrada folklórica mas, el V Ciclo de Cine de Bolivia en Ecuador estrenando en Ecuador la obra de Jorge Ruiz, Wara Wara de Velasco Maidana e Inal Mama de Chichiso López y esta participación calida, fluida, sin dramas en el FIL Quito 2011.Todo sin un dólar de presupuesto. Bien, ché, pa ques decir, aunque sigo extrañando al tiempo que es vida.

CARTAS

Por: El Papirri

Hoy recuerdo con mucha nostalgia las cartas de aaantes. En mi niñez paceña esperaba con mis ojitos inquietos y mis churcos aplanados por tanto pelotazo, las cartas que llegaban desde la Argentina, misivas emocionadas de parientes escritas con pulcritud. Aquel personaje entrañable- el cartero- llegaba con su mochila de ausencias y distancias, con su overol azul, botas de premilitar y una gorrita que parecía más del ferrocarril que del correo. Con aplicación se encargaba de alimentar a mi puerta por una boquita que decía buzón. La boca era plateada y se abría y cerraba produciendo una risita característica. Alguna vez pillé el momento preciso del escupitajo de la carta, era de mi primo santiagueño Andrés, el sobre llegaba polvoriento y cansado, había viajado una semana en un vagón tartamudo cruzando el chaco ardiente, salares prehistóricos, verdores de valles, altiplanos estoicos, andes congelados, hasta aterrizar en el piso de casa.

Agitado, cogía el sobre que tenia una bandera celeste y blanca en el borde, primero desprendía a vapor de caldera estampillas maravillosas con gauchos en acuarelas, mini cuadritos que resguardaba en papel celofán. Luego hacia el gesto de ver el sobre tras el sol abriéndolo con sumo cuidado, como si fuera de porcelana, entonces se desplegaba un escrito con varias hojas de papel biblia transparente, la misiva había sido escrita seguramente con otro papel atrás que señalaba la rectitud de las rayas, la letra de Andrés era única, recuerdo el encabezado, Santiago del Estero, Argentina, 11 de agosto de 1969…

Ya mas creciditos decidimos inventar un idioma propio, un código que solo entendíamos los dos, pues nuestras hermanas se habían aficionado leer nuestras cartas que eran de suma confidencialidad y luego se burlaban del estilo. Entre carta y carta, nos pasamos el trabajo de inventar un código personal con mas de 26 signos: un cuadrado con dos antenas era la a, un triangulo con circulo adentro la b. Yo guardaba como gran tesoro aquel papel con jeroglíficos secretos que descifraban nuestra comunicación de guerra. Hasta que un día mi hermana mayor descubrió entre mis medias aquel recetario y se jodió todo. Pero por lo menos transcurrió un año con las cartas secretas en nuestro idioma de quipus que contaba como se llamaba la última chica que te gustaba, el triunfo de Boca, los nombres de los que nos caían mal en el curso y las posibles fechas del ansiado reencuentro anual. Leer esas cartas demoraba horas.

Tengo latiendo en el corazón las cartas que me enviaba mi novia Teresa de Aguascalientes, cartas perfumadas de violetas, con pluma marrón como sus ojos y esa letra pulcra, inolvidable, letra de misiva independentista. Esas epístolas, Teresa me las enviaba en la misma ciudad, al hotelillo donde vivía, pues sus padres prohibían nuestra relación. Un indígena con guaraches las traía sudando, como si trasladara una bomba, con la instrucción de entregar la misiva en la mano. Contenía poemas, pensamientos profundos, colmados de nostalgia.

No se como llegaban desde Bolivia a México las cartas de mi hermano German pues traían aires de ilegalidad, mi hermano había decidido retornar del exilio a voltear a la dictadura Garciamezista, se encontraba clandestino en el país, sin embargo las esquelas llegaban porfiadas: él firmaba Bouvier y yo devolvía la contestación a la nada firmando Cafetín. Eran cartas que por su dramatismo parecían testamentos, últimos deseos antes de un fusilamiento.

Recuerdo con emoción las cartas que recibía desde Sucre de mi amiga Matilde Cazasola, hojas llenas de poesía y buenos augurios, adjuntaba poemas manuscritos, estampitas con flores secas, consejos temperamentales, dibujitos en miniatura, reflexiones profundas en su letra única. Cómo extraño la letra de la gente amada ¡

Hoy abrí mi mail, tenía 20 mensajes colectivos, noticias de foros abiertos, invitaciones mecánicas, mensajes obligatorios para entrar a alguna red social y solo una carta telegrama de mi amigo Willy Claure desde Suiza que en tres palabras decía que se acuerda de mí.

Donde están? Ahora que tenemos esta gran facilidad de comunicación no nos comunicamos. Será que deseamos volver a las cartas traídas en diligencia? A las cartas de Bolívar? El prócer tenia que escribir cuatro cartas iguales a pluma de ñandú para que talvez alguna llegue a su destino. Hasta los telegramas de antes eran mejor que los mensajes que hoy recibo en el mail. Y las huevadas que uno lee en la red social, eso es comunicashon? Y mi primo Andrés hoy tan ocupado y tan importante que ni siquiera puede escribir un mail telegrama… No me pidan que entre a chatear, esa conversación da pena, además es un castigo cuando te dejan con el dialogo latiendo.

Ya, che, mejor no me hagan renegar y escriban una carta decente que la saudade es la misma que hace tres décadas, que el extrañar sigue siendo la misma pulsación sorda de la infancia.